PSICOLOGÍA DEL REGALO

Un regalo es siempre un placer y es en algunos aspectos una palabra universal, existen diferentes formas de definir un regalo en el idioma de cada país. El término deriva de la costumbre española de ofrecer regalos al soberano (gift to the King), incluso en inglés ‘present’ tiene el significado de regalo y se utiliza desde principios del primer milenio por similitud con el francés ‘presenter’, cuyo significado más antiguo era precisamente regalar. Pero vayamos al presente, entendido no como un regalo sino como una forma temporal que expresa la contemporaneidad. Hacer un regalo es un gesto cargado de significados emocionales y a menudo se convierte en una celebración unidireccional del que regala y no del que recibe.

El regalo nunca debe ser fuente de preocupación sino un mero gesto del corazón y de altruismo, existe una «psicología del regalar» con dinámicas inconscientes que activan ciertos mecanismos de elección, el que regala quiere comunicar algo sobre sí mismo, dejar una huella de su paso. Quizás sea precisamente por esta razón por la que hacer un buen regalo es cada vez más difícil, la costumbre de transformar un regalo en un objeto de valor material y no simbólico es muy mala, y resulta aún más embarazoso preguntar «¿qué tipo de regalo quiere?», abolir la costumbre del reciclaje y la transferencia de dinero/deuda, y, por tanto, mucho mejor sorprender que ser banal.

El regalo debe ser, por tanto, pensado, elaborado y estudiado, no puede ser fruto del último minuto y por ello si tienen en mente algo especial para futuras ocasiones especiales, deben adelantarse y nada mejor que hacer un regalo fuera de temporada que active recuerdos pasados de momentos felices y ¿quién mejor que BonSoul para indicarles el camino?  Regalar un poco de sol siempre hace bien al corazón…

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