
PALMA DE MAIORCA
Esto que hoy voy a contarles es una bella historia, y lo que hace bellas a las historias (aparte del contenido) son siempre los detalles. Empecemos por el nombre de la ciudad italiana, que a la mayoría no le dirá gran cosa, de Ascoli Piceno, una pequeña ciudad del centro de Italia. Luego tomamos el nombre del protagonista de la famosa película Gladiator de Ridley Scott, Russell Crowe, y por último el de mi amigo de Ascoli, Pierfrancesco con quien compartí universidad en Bolonia y por pura casualidad me reencontré después de veinte años aquí en Mallorca como restaurador, con un precioso chiringuito en la playa.
Una mañana de verano, mientras abría el periódico, leí una noticia sorprendente: en Ascoli, en la Piazza del Popolo, el antiguo Gladiator había hecho una declaración que había extasiado a la multitud presente: “Mi antepasado Luigi Ghezzi abandonó Italia, hace mucho tiempo, en 1850. Dejó Ascoli y nunca regresó. Pero esta noche he vuelto a casa y soy un hombre de Ascoli”.
Así que, presa del entusiasmo de aquella declaración, envié un mensaje a mi amigo de Ascoli: “¡Russell Crowe es ascolano!“, su respuesta me abrió los ojos a un pequeño mundo que había dado su nombre al lugar donde vivo y donde nació el Hotel BonSol nada menos que 71 años atrás: “si te sorprende esta noticia, ve a echar un vistazo al origen del nombre Palma di Maiorca“. Tan intrigado por la respuesta, voy y echo un vistazo en Wikipedia bajo Palma de Mallorca:
“Palma fue una ciudad picena y más tarde romana, fundada en el siglo VI antes de Cristo. El nombre se le dio probablemente por la amplia presencia de palmeras en la zona. La ciudad se alzaba en la ladera de una colina al sur de la desembocadura del río Ete y era conocida por tener un puerto estratégico de importancia primordial para el comercio a través del Adriático. La ciudad picena de Palma probablemente vio trasladado su topónimo a la isla de Mallorca para dar nombre a la colonia romana de Palma, hoy capital de la isla. Es probable que la isla estuviera poblada por colonos picenos que razonablemente habrían bautizado las nuevas colonias con el nombre de su territorio original (y así, también, la ciudad picena de Pollenza dio su nombre a la ciudad mallorquina de Pollentia)”.
Lo que quizá resulte aún más increíble de esta historia es que mi mujer y yo nos casamos en Torre di Palme, un pequeño pueblo de las Marcas que toma su origen de la antigua ciudad picena de Palma, que siglos más tarde daría su nombre a Palma de Mallorca. Pero, ¿qué unía a estas antiguas colonias romanas?
La presencia de palmeras. La cuenca mediterránea es rica en vegetación compuesta por el género Phoenix, especialmente presente en Mallorca con dos especies: la palmera enana (Chamaerops Humilis) y la palmera canaria (Phoenix canariensis).
La palmera enana, originaria de la Península Ibérica y de las Islas Baleares, ha tenido diversos usos a lo largo de los siglos, se utilizaba para la fabricación de cuerdas con las que se hacían ataúdes de pesca, alforjas, esteras y escobas, con el tiempo la producción se fue refinando en favor de un verdadero arte de tejer palmas, para sombreros, bolsos, objetos religiosos y artísticos, basta pensar en el bello “Sol de Palmas“ de Joan Miró o en la representación de la propia palmera en el cuadro “La Casa de la Palmera“.
Esto no hace más que demostrar la importancia de la palmera como valor artístico y simbólico. Para los romanos representaba la victoria, para los griegos era un símbolo de gloria que se ofrecía a los vencedores de los juegos o a los guerreros que se habían distinguido en la batalla, una hoja de palmera era un signo de gran respeto.
La tradición de la artesanía de la hoja de palma en Mallorca sigue viva, tanto con fines religiosos durante el Domingo de Ramos como con fines ornamentales y sobre todo artísticos.
Les recomiendo, que lo comprueben ustedes mismos dando un paseo por las callejuelas del casco antiguo de Palma, concretamente por la calle de la Concepció 17, donde encontrarán una antigua Alpargatería, llamada “Alpargatería la Concepción“, donde además de sus famosas alpargatas, también encontrarán cestas de palma hechas a mano como manda la tradición. María y Aurora, las propietarias y gestoras, les guiarán por un mundo de artesanía que se ha ido transmitiendo de generación en generación y sólo podemos estar inmensamente agradecidos a madre e hija por mantener vivo el pequeño patrimonio cultural que se originó en una lejana colonia romana llamada Palma y que ha llegado así hasta nuestros días. No a caso, esta famosa alpargatería, ha creado una edición limitada de espléndidas cestas de playa para BonSoul con tejido de “llengües mallorquines” que muy pronto encontrarán en nuestra tienda online. ¡Estén al tanto!